De penas y colores

Jandro dice que es una particularidad femenina, hablar de la tonalidad del color. Para él, el rojo es rojo, sin más, no es rojo fresa con un toque de brillo, o rojo burdeos, mate, como el vino del que toma su nombre, ni rojo amapola, con un ligero toque anaranjado. Así que si le digo que mi primera mariposa de este año ha sido de un rabioso verde lima, no lo va a entender. Podría pasarme la tarde hablándole de la diferencia entre el verde musgo, el verde pistacho y el verde agua... y seguiría sin entenderlo. ¿Cómo explicarle entonces, el color de esta tristeza que me tiene en sus manos? No sabría por dónde empezar.