El recuncho de Tana

Todos necesitamos un lugar propio. Un sitio seguro desde el que asomarnos a esa niebla en la que nos arriesgamos a pescar dulces sueños... o ácidas pesadillas. Éste es el mío.

Nombre: Tana
Ubicación: Zaragoza, Spain

Érase una vez una mujer que buscaba. Encontró la perfección en la combinación de las palabras y el silencio. Y por eso, siempre estaba acompañada de libros. No renegaba de sus rarezas, se complacía en ellas. Era un poco desastre, pero auténtica. Sí, yo soy ella. A veces dura, a veces tierna... siempre imperfecta.

jueves, febrero 22, 2007

Golpes de mar

Éste es un libro sobre el arte de contar y el arte de oír historias. Desde el marinero ciego, que inventa peripecias de ballenas y navegantes, hasta el niño que narra cómo el mar se llevó a su padre mientras recogía percebes. Los relatos, como los personajes, parecen estar fuera del tiempo, en la misma región de los sueños. Aquí se habla de barcos fantasmas, de mujeres que esperan y se vuelven de piedra, de mujeres que aman o pierden la cabeza mientras suena un fado, de mujeres que destazan cetáceos. Y hay ladrones de caballos, ciudades sumergidas, fareros, islas que brotan de la imaginación niños alucinados que envían cartas al más allá, hermanos que huyen de la muerte y se reencuentran en el paraíso. Todas las historias tienen un hilo de continuidad: dentro de ellas suena el latigazo del viento, los pasos clandestinos de los amantes y el trallazo de la espuma.
Hacía tiempo que no disfrutaba tanto con una lectura. Ha sido la primera vez que, en vez de leer de tirón para absorber la historia y luego releer para observar el entramado, he vuelto sobre mis pasos para releer algún que otro párrafo y aspirar con fruición el aroma salobre que me iba impregnando.
Había leído otra obra de Antón Castro, este escritor gallego afincado en Zaragoza -El testamento de amor de Patricio Julve, publicado en Destino-, pero ha sido ésta, con su realismo mágico, la que me ha encandilado por completo..., tanto, que estoy por enviarle unas letras y agradecerle de corazón que la haya escrito. Espero que os guste..., sé que os gustará.
Gracias también a Vicente, que me regaló este libro y al que debo toda la felicidad recibida durante su lectura.

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sábado, febrero 10, 2007

Se buscan colaboradores

Leo el artículo en el blog de Miguel Santfeliu y de allí me doy un salto a la casa de Sfer para saber un poquito más del proyecto y de cómo puedo formar parte de él. Me parece interesante. Será la primera vez que participe en una colección que no me ocupará espacio, de la que no me tenga que desprender por obsoleta, pues los libros, señores, no están para mí sujetos a modas, son o deberían ser totalmente anacrónicos.
Y desde aquí, os animo a participar. No se trata solamente de compartir los comienzos de aquellos libros que os han encandilado, sino también de aquellos que pueden haberos aburrido y hasta horrorizado.
Una buena oportunidad para, una vez más, compartir. Nos "vemos" por allí, espero ;)

martes, febrero 06, 2007

Compartir y..., todos contentos

Hoy he leído un artículo sobre las dos esposas de un líder de Hamas. No era el lado político el que se trataba sino cómo era la convivencia de estas dos mujeres que compartían marido.
De cara a la galería, todos contentos y ellas se sienten "como hermanas", pero cuando se sinceran por separado, la convivencia deja de ser tan idílica. La madre de él reclama a la primera esposa que no supiera complacer a su hijo y que de ahí él haya tenido que hacerse con una segunda familia. La primera esposa no acaba de entenderlo: le ha dado seis hijos, lleva veinte años casada con él, desde los catorce..., pero no ha sido suficiente. La segunda esposa nos habla de la "pasiva agresividad" de la primera esposa para con ella, aunque lo encuentra lógico ya que era ella la que había invadido su territorio.
Una amiga me cuenta que ve una serie que trata de algo parecido. Esta vez, y de nuevo gracias a que su religión se lo permite, un hombre convive con tres esposas; o lo que viene a ser lo mismo, tres mujeres comparten el mismo marido. En una misma calle, tres casas alineadas, por dentro, abiertas entre sí para permitir la libre circulación de todos sus miembros. Aparentemente un sólo matrimonio, en realidad, tres. Roces y riñas a la orden del día.
Me pregunto si alguna vez se da el caso contrario. Si dos hombres vivirían, por causa religiosa o cualquier otra razón, con una misma mujer; una esposa para ambos, en la misma casa, si acaso en diferentes dormitorios. Se me hace difícil imaginarlo y es que, en el fondo, compartir según que cosas, no parece que sea nada fácil.