Las penas con pan son menos. 20-9

Vamos a la Cala del Portitxol, a la Playa del Portet, en Moraira, o simplemente al Arenal, que tenemos frente a la casa. Llevo lectura y no me concentro, garabateo líneas inconexas en un cuaderno con las que intentaré conseguir algún texto coherente que colgar en mi bitácora. Llega la hora de comer.
Vamos a un restaurante casero cerca del puerto ubicado en una casa muy pulcra, a pie de calle, blancas paredes en el comedor, blancos azulejos decorados en azul alicatan hasta el techo su cocina. Comemos en una terraza a pie de playa, sardinas a la plancha, fritura de pescados, chopitos... Sonrío, sonrío mucho, aunque la mitad de las veces no me entero de lo que hablan, así no me preguntan en qué pienso, así no me dicen que tengo que estar bien, que a ella no le habría gustado verme así. Lo hacen con buena intención. Su intención siempre es buena. Pero no me consuela.
La hora de la siesta. Me duermo agotada, ya no hago ruido cuando lloro. Las lágrimas se deslizan mansas. Pienso en la manta de cuadros roja, esa manta tan dulce que cojo en casa para taparme cuando me echo sobre la cama y la veo a ella, pegando saltitos y conduciéndome hasta el dormitorio, la veo como se sube de un salto y se hace una rosca en el hueco que se forma en mi regazo, descanso con un brazo sobre su cuerpecito suave, sintiéndola respirar, compartiendo calor y compañía.
Les gusta cenar temprano. Demasiado temprano. Pienso que ni siquiera hemos digerido correctamente la comida del mediodía, pero invariablemente nos espera la cena con unos amigos en el paseo marítimo, la pantagruélica barbacoa buffet en el ático, la visita a un par de restaurantes estupendos..., lo hacen por mí. La comida está exquisita, tendré cosas que comentar en mi “rincón del gourmet”.
Esto no habrá terminado hasta que regrese a casa. Todavía sueño que he tenido una pesadilla horrible y ella me estará esperando cuando abra la puerta. En vez de ello, se agazaparán en la entrada la soledad y el hambre. Tendré que obligarme a cerrar la espita de mis lágrimas y mi estomago de nuevo. No va a ser fácil.
1 Comments:
Animo y re-vive tu día a día para que los recuerdos se vayan integrando en él. Un besote.
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