Día de la mujer trabajadora
Si hay alguien que encarne para mí a la mujer trabajadora, esa es mi suegra. Lo digo aquí porque sé que ella nunca va a leerlo. Si os preguntáis por qué, os diré que porque lleva un negocio familiar y le sobra tiempo para cuidar su huerto -cavar, plantar, escardar, recoger- y atender a sus gallinas y a su perro -más enredador que guardián-. No es exactamente que le sobre tiempo sino que tiene el don de estirarlo hasta límites insospechados. Y LO MÁS IMPORTANTE... lo hace siempre con una sonrisa. Nunca he oído una queja de sus labios.
Tiene la piel ajada, quizás aparenta ser mayor de lo que realmente es porque nunca ha dedicado un minuto a cuidarse, su apariencia nunca le ha preocupado hasta ese extremo. Lo que sí le preocupa es poner en la ensalada un tomate que sepa a tomate, unas zanahorias tiernas en sus guisos, las patatas mantecosas y los guisantes para acompañar el pescado y los huevos más amarillos que he visto en mi vida y que he tenido el placer de degustar.
Para todas vosotras, amigas, un regalo... y una sonrisa.Prometo acordarme de vosotros, chicos, en otra ocasión. Cualquier día es bueno, ¿no?
4 Comments:
Me parece importante eso que dices de que estire el tiempo, pero sobre todo me parece más loable eso de que lo haga con una sonrisa. Un besote.
El archivo es genial. Un beso muy grande, y felicidades a ti, Tana.
Pues sí, El Búcaro. Eso de estirar el tiempo es algo que valoro muy mucho; quizás porque yo me siento la antítesis, siempre escurriéndoseme los minutos por entre los dedos :)
Gracias por tu visita, Portorosa!! Es un placer volver a verte. Vete poniéndo un chupito de hierbas para cuando vaya a visitarte, vale? Bicos!!
Espero ser algún dia tan genial como la tuya, ya sabes, madre de dos varones ;-)
Un abrazo Tana.
Publicar un comentario
<< Home