Nostalgias
Esta tarde me telefonearon desde el pueblo para decirme que el viejo doctor había muerto.
Decidí prepararme un té que me entibiara el alma pues la sentía, de repente, algo más vacía, solitaria.
El perfume del earl grey, con su antigua magia, me trasladó a las tardes felices de mi niñez, a la casona del doctor, en la que mi madre trabajaba; a aquellas exquisitas meriendas de infusiones y tartas, servidas en el fino juego azul y blanco de porcelana. Él leía y comía distraído, yo guardaba silencio e imaginaba historias mientras dibujaba en la escarcha de la ventana.
Nana de espuma y otros sueños agridulces (c) de Tana Guiance
Etiquetas: Mis pequeños relatos
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