El recuncho de Tana

Todos necesitamos un lugar propio. Un sitio seguro desde el que asomarnos a esa niebla en la que nos arriesgamos a pescar dulces sueños... o ácidas pesadillas. Éste es el mío.

Nombre: Tana
Ubicación: Zaragoza, Spain

Érase una vez una mujer que buscaba. Encontró la perfección en la combinación de las palabras y el silencio. Y por eso, siempre estaba acompañada de libros. No renegaba de sus rarezas, se complacía en ellas. Era un poco desastre, pero auténtica. Sí, yo soy ella. A veces dura, a veces tierna... siempre imperfecta.

sábado, enero 14, 2006

Tic, tac...

Son las 12:01 en el reloj de mi habitación. Si su hora es correcta, acaba de mudar el día. No estoy segura. Mis relojes nunca coinciden. ¿Hechizo o maldición? ¡Quién sabe!
Tengo tanta lectura atrasada, que he decidido posponer la hora de irme a la cama para ir poniéndome al día.
Quisiera estar todavía a pie cuando él llegue de trabajar, a las 2:30, para preguntarle cómo le ha ido la tarde, y disfrutar de su calor a medida que se va relajando. Se ducha, se acuesta... Sus músculos se sueltan y aunque no es consciente, se agita y se estremece hasta que, finalmente, el sueño le alcanza y se acurruca mansamente abrazándome por la espalda.
Suelo hacerlo. Esperarle. Pero es viernes y acuso la falta de sueño.
La primera alarma suena a las 6:45 -mi hijo mayor, al que le queda el instituto más lejos, me da un beso de buenos días y se mete en la ducha-. Cinco minutos después de que se haya despedido con otro beso, suena la segunda alarma. A las 7:35 mi hijo pequeño viene a decirme que no me preocupe, que ya está despierto -cuando se acuerda, claro; otras veces me levanto para despertarle y cuando me ve, pega un respingo "¡Ups! Lo siento, se me olvidó" y yo, que había acudido descalza, vuelvo a refugiarme en la cama de un salto, con los pies fríos. Le oigo pulular por el baño y la cocina y cuando viene a despedirse, entre el beso y el abrazo le voy preguntando: ¿Te has cogido el almuerzo? ¿Te has echado desodorante y colonia? -Se ducha por las noches y como es un despistado, le pregunto, por si acaso...- ¿Llevas el trabajo de Filosofía? ¡Venga, que vas a llegar tarde!... ¡Que tengas una buena mañana!
Son las ocho y cuarto. Podría intentar dormir un rato más, pero sé que es inútil. Tengo los ojos como platos y habría saltado ya si no fuera por el frío que hace -la casa se ha quedado a 15ºC durante la noche-. Remoloneando bajo las mantas pienso en todo lo que tengo que hacer. ¡Venga, va! Un salto y ya estoy en el baño -el piso es chiquito-; me aseo, pongo la lavadora y friego todo lo que ha quedado de la cena mientras pienso qué voy a preparar de comida. Echo un vistazo a la despensa y el frigorífico y comienzo a hacer esa lista que probablemente se quedará olvidada sobre la encimera de la cocina.
Así de lunes a viernes. El lunes estoy despejada, también el martes. El miércoles me da un poco el muermo a partir de las diez y media de la noche. El jueves aguanto estóicamente. El viernes...
He apagado la calefacción a las once y la casa se ha ido enfriando. Nuestra habitación se queda helada porque da a las escaleras del edificio y nada la calienta. Tengo las manos frías, los pies, todavía no. He cabeceado una vez mientras releía lo escrito. Será mejor que me acueste con un libro antes de que me enfríe del todo. No sé si llegaré a leer algo, ¡Me pican tanto los ojos! La culpa es del reloj. Ahora que todo se ha quedado en silencio, se ha puesto a acunarme: tic-tac, tic-tac. Es difícil resistirse. Tic-tac, tic-tac, tic...

4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

El reloj hace que todos los minutos duren lo mismo, aunque no se parezcan unos a otros en nada. El viernes suele ocurrir que la tensión que nos mantiene durante la semana se desmorona. Besitos.

2:50 a. m.  
Blogger Max Estrella said...

muchísimas gracias,querida Tana, por tus comentarios.Precisamente mientras tu los ibas poniendo,iba siguiendo tus pasos y leyéndolos.Yo tengo una hora crítica de sueño entre las 9.30 o 10 aproximadamente y después de ella es difícil que pueda dormirme.
Me siguen pareciendo de una dulzura extrema tus postales,el modo de contarlas.Eso es convertir en poesía tus horas,tic-tac, tic-tac

6:58 p. m.  
Blogger Max Estrella said...

Por cierto,gané el concurso del Picarral...fue una gratísima sorpresa y un honor tanto participar como obtener el primer premio.Además si me dices que lo publican,me das otra gran noticia.Es una buena excusa para visitar Zaragoza
Ah!Toma nota:sarabiamartinez@hotmail.com.
Ahí tienes el correo electrónico para lo que quieras contarme,criticarme...etc...
Y otra cosa,las casualidades yo creo que no existen,y también me dio un poco de miedo cuando una persona muy cercana a mi lo dijo.
Bicos

7:03 p. m.  
Blogger Lúzbel Guerrero said...

Heroína de las ganas de vivir, ¡qué agradable es visitarte!, aunque a veces sienta envidia de tus energías. Ánimo, que mañana es Lunes, día de plenitud.

2:54 p. m.  

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