El recuncho de Tana

Todos necesitamos un lugar propio. Un sitio seguro desde el que asomarnos a esa niebla en la que nos arriesgamos a pescar dulces sueños... o ácidas pesadillas. Éste es el mío.

Nombre: Tana
Ubicación: Zaragoza, Spain

Érase una vez una mujer que buscaba. Encontró la perfección en la combinación de las palabras y el silencio. Y por eso, siempre estaba acompañada de libros. No renegaba de sus rarezas, se complacía en ellas. Era un poco desastre, pero auténtica. Sí, yo soy ella. A veces dura, a veces tierna... siempre imperfecta.

viernes, noviembre 25, 2005

Ensoñaciones, sueños... y pesadillas

Siempre he soñado despierta. Desde niña. Mis ensoñaciones podían ser de lo más variadas. Placebos que me ayudaban a sobrellevar lo que me disgustaba.

¿Qué el potaje de mediodía se me hacía intragable? Aunque me dejaban sola en la mesa hasta acabar el contenido de mi plato, no me importaba. Y es que de repente, ya no estaba sola. Heidi estaba sentada a mi lado y su abuelo, nos servía unas rebanadas de pan caliente y unas enormes porciones de queso cremoso. Y casi sin sentir, el plato quedaba vacío.

¿Qué mi madre me enviaba a algún recado al centro del pueblo? Como nuestra casa estaba bastante alejada y el camino se hacía largo, para no aburrirme, imaginaba que iba sobre patines de hielo. A toda velocidad, el viento en la cara y yo, en perfecto equilibrio, haciendo giros imposibles, con una banda sonora de mi elección acompañándo mis ensoñaciones, sin necesidad de walkman.

Ya adolescente, cuando creía que iba a estallar bajo tanto control y restricción, pensaba que ya faltaba poco para que me fuera a estudiar a Santiago. Podía verme en mi día a día, compartiendo piso con alguna amiga, sin tener que dar explicaciones por cinco míseros minutos de retraso, vistiendo a mi manera y teniendo mi propio espacio, sin sentirme continuamente invadida. ¡Ah, la libertad!

Por supuesto, también soñaba dormida, aunque esto último ya me gustaba menos. Del mismo modo que me sabía dueña de mis ensoñaciones, los sueños eran tan indomables como el viento del norte y a menudo me despertaba envuelta en una manta de desasosiego. Destellos, colores, frases y personajes que se mezclaban sin orden, un bufón que enseñaba un cartel: “segundo acto” y desaparecía con sonido de cascabeles. Oscuridad. Algo que debía recordar. Una búsqueda en la niebla, que nunca tenía fin. La zambullida en un mar plácido y luminoso y la caída en barrena al temible fondo. La necesidad de esconderme de un ojo que todo lo veía. No reconocerme en el espejo. Ahogarme en una lágrima. Volar...

Ahora, aunque mi intención sigue siendo imaginar algo agradable a la hora de ensoñar, el tiempo ha abierto de algún modo una fisura, sin avisar; y esas pesadillas que se nutren de mis miedos más profundos, aparecen cuando mis ojos están aún abiertos. Es así como surgen mis poesías sobre ausencias. Mi punto flaco. Mi talón de Aquiles. El golpe certero que me dejaría, sin duda, al borde del abismo o la locura. Así lo siento.
Fotografía: Tana Guiance

8 Comments:

Anonymous Anónimo said...

No pierdas la capacidad de ensoñamiento positiva, si no te atonta te ayuda a caminar sonriente. Besitos.

9:01 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Es interesante esa diferencia entre el sueño despierto, bajo control, y el sueño durmiendo, que nos controla... y se nutre, a veces de nuestros miedos profundos...Y el hecho de que asomen a veces cuando estamos en vigilia... Si dan a luz un poema, no sólo de tus miedos nos regalas algo bello, sino que imagino que alivian tu marmita interior. Y tiene razón el búcaro. No es incompatible soñar el miedo con soñar la alegría... ¿Verdad?

12:18 p. m.  
Blogger Tana said...

Elbúcaro, no la pierdo. Es sólo que antes, tenía una garantía de que el ensoñamiento sería positivo; hoy, es una aventura que no sé a dónde me va a llevar. Por cierto, ¿Qué pasa con tu blog que casi nunca consigo dejar un comentario? :s
Hola Ardi :) ambos tenéis razón. Y no, no es incompatible. Depende del día y del momento. Tal cual digo, una aventura :)
Biquiños!!

7:40 p. m.  
Blogger Verso said...

Yo también sueño despierta y me encanta y lo bonito que es imaginar cómo nos gustaría que fueran las cosas.
Tana, acabo de volver de un viaje a tu bellísima tierra, paseando por una calle de A Coruña te recordé, ví un recuncho!!, hasta tu blog, nunca había visto la palabra.
Te invito a ver mis 2 últimos post, hay fotos de tu tierra.
Un beso con nieve.

8:48 p. m.  
Blogger Max Estrella said...

A medida que uno se hace mayor,se hace consciente y también mayores los miedos,incluso a veces se teme despierto(a)pero es por la reaidad que nos rodea,ves los miedos alrededor,la realidad es gris.
Lo bonito,la paz viene en segundos,superado el desasosiego llega el dulce regusto de la felicidad.
Pero ten en cuenta que, también los miedos nos ayudan a crecer como personas...incluso nos pueden convertir en gigantes...;)
Bicos

9:19 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Escribir (poesía de ausencias, o cualquier otra cosa), es un conjuro. Tú lo sabes. Un ensalmo. Un exorcismo. Así nos sostenemos, agrrados al asa del viento, al borde del abismo, apartándonos de él a manotazos, vivos.

Y qué bien escrito, Tana. Me encanta leerte, diantres.

8:07 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Yo también necesito a veces soñar despierta pq esos son los sueños que mejor recuerdo y que me gusta llevar a la realidad...

Me encanta volver a leerte un besito Tana

2:21 a. m.  
Blogger Tana said...

Mil gracias por vuestras visitas y palabras.
Gracias por tu invitación, Incondicional, ya me he dado una vueltecita ;)
A mí me da la impresión, Max, de que el miedo te encoge. Si consigues afrontarlo es cuando te creces, pero no es tan fácil :) verdad?
Ernesto, si es que... me lees con buenos ojos!!
Bicos para todos!!!

12:58 a. m.  

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